Ya te he hablado del Destino; hace
un tiempo, un día un poco complicado para mí, llegó a mis manos una leyenda que
me pareció muy bonita y que concuerda con lo que opino acerca de si está
escrito o no.
Se trata de la Leyenda del Hilo Rojo, una creencia asiática que quiero compartir
hoy contigo.
Se dice que existe un hilo rojo
atado al meñique de dos personas que están destinadas a encontrarse y quererse
por Siempre. Ese hilo queda atado desde el mismo momento del nacimiento, y no
importa lo que tardes en conocer a esa otra persona, no importa la distancia,
el tiempo, las circunstancias… porque al final, cuando el Destino decida, las
dos personas atadas por ese Hilo Rojo, se conocerán y pasarán el resto del
Tiempo juntas.
“Hace demasiado tiempo, un jovencísimo emperador, se enteró de la
Leyenda del Hilo Rojo y de que, en una de las comarcas vecinas, habitaba una
hechicera que tenía el Don de ver ése hilo. Así pues, la hizo llamar ante su
presencia para que le dijera quién estaba atado a él.
La hechicera se puso a buscar a su futura mujer… finalmente la búsqueda
le llevó hasta un apartado mercado en donde una pobre campesina abrazaba a un
bebé; le dijo que el hilo rojo terminaba en aquel bebé.
El emperador, al escuchar eso, se enfadó irracionalmente al pensar que
la hechicera se estaba burlando de él, dio un empujón a ésta, haciendo que el
bebé se callera al suelo haciéndose una gran herida en la frente.
Muchos años después, el emperador decidió casarse con una mujer de la
cual, se fue enamorando a través de las cartas que se escribían periódicamente;
ambos se enamoraron aunque nunca llegaron a verse. Cuando llegó el gran día, una
vez en el templo, apareció una hermosa mujer con un bello vestido y velo a
juego. Al llegar a su lado, le quitó el velo para comenzar la ceremonia
pudiendo observar el rostro de su futura mujer, quedando notablemente
sorprendido al ver una gran cicatriz en su frente…”
¿Bonita leyenda, verdad?
¡Yo ya he
encontrado a la mujer que está al final del Hilo Rojo que tengo en mi meñique!
Día de campo. Abril / 2017 Foto publicada en National Geographic. Alfonso B. C. |
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