sábado, 18 de febrero de 2017

El poder de una sonrisa.

Habrás oído y leído cientos de frases referentes a la sonrisa, de hecho, compartiré contigo más de una sobre este tema, pero la de hoy, tiene una especial connotación para mí.

La frase es:

“Cosecha el poder de una sonrisa”

Corta, directa, sin rodeos, pero con mucho significado.

Ése día el Destino me dio una lección: estaba en el hospital haciéndome una revisión de una operación que afortunadamente salió bien. Cuando estaba en la sala de espera aguardando mi turno, me cogí una revista para tratar de engañar a mis nervios… la ojeé sin interés, pero llegué a un artículo que hablaba de los músculos que se mueven cuando articulas ciertas palabras, y dicho artículo concluía con la frase de hoy… la leí, me gustó pero no le di mayor importancia.

Llegó mi turno, salí de la consulta con la buena noticia de que todo estaba correcto y me fui al coche para volver a casa.

La salida de ese hospital tiene una rampa destinada a vehículos, pero cuando iba a comenzar la rampa, me encontré a dos hermanos que estaban ayudando a su madre, muy mayor, a salir del hospital. El hijo se posicionó unos pasos por detrás de ellas, cortando el paso. La madre andaba muy despacio y encorvada y por supuesto no daba un sólo paso sin la ayuda de su hija, la cual la sujetaba por un brazo y la cintura.

Al ver aquella estampa, dejé el coche al inicio de la rampa, puse el freno de mano y aguardé a que salieran… Como era de esperar, formé cola, y a los pocos segundos, los coches, comenzaron a pitar impacientemente. El hijo, al oír tanto pitido, me miró y le guiñé un ojo. Sabía que no procedían de mi coche y mi guiño le indicó que no había prisa, que yo esperaría a que llegaran a la salida tardaran lo que tardaran.

Una vez estuvieron fuera del hospital, quité el freno de mano y subí la rampa, la hija se dio la vuelta sin dejar de sujetar a su anciana madre y mirándome a los ojos, se limitó a sonreír; el hijo estaba a su lado y de seguro le comentó qué había hecho yo (cortar el paso y dar tiempo a que llegaran a la salida sin meter prisa).

Aquella sonrisa me llegó al alma, literalmente hablando; tenía cara de cansancio, sujetaba a su madre de avanzada edad y salían de un hospital… aquella sonrisa fue como si hubiéramos estado horas hablando, aquella sonrisa tenía tal carga de gratitud que me supuso estar todo el día con buen ánimo y dio un significado completo a la frase que había leído en la sala de espera…

Jamás en mi vida olvidaré ésa sonrisa ni el poder que llevaba implícita.        

 

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