Una mañana me cogí el coche pues
me levanté con las ganas de ver uno de verdad, quería ver aquellas moles
flotantes en directo; madrugué y dejé que el coche me llevara a un gran
astillero. Al cabo de unas cuantas horas conduciendo y escuchando buena música,
llegué al puerto de Valencia. El Destino debía de estar de mi lado ese día,
pues llegué al puerto donde un gigantesco carguero estaba llegando repleto de
contenedores.
Fue impresionante verlo acercarse
y maniobrar hasta llegar a su punto de anclado. Me pareció curioso que ésa mole
enorme, necesitara de la ayuda de otro barco, mucho más pequeño, para maniobrar.
Me quedé sentado sobre el suelo, contemplando toda aquella “orquesta” sin
percatarme del paso del tiempo, y la verdad que me dio igual. Estaba
disfrutando de algo que siempre había querido hacer... (proyecto cumplido).
Otra cosa que vi y que me llamó
la atención fue que al lado del carguero había un hombre en una especie de
piragua… yo le tengo mucho respeto al mar en todas sus facetas, y ver a aquella
persona en una piragua al lado de aquel gigante… se me heló la sangre, yo desde
luego habría sido incapaz de hacer aquello. Tuve suerte de “capturarlo” en la
foto que comparto contigo hoy…
Desde luego, me alegré de haber
cogido el coche esa mañana y haber tenido la oportunidad de ver todo aquello en
vivo.
Carguero. Alfonso B. C. |
Carguero. Alfonso B. C. |
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