El otro día andando por una
conocida calle de Madrid, me fijé en uno de esos carteles luminosos que ponen a
intervalos regulares la temperatura y la hora… iba andando inmerso en mis
pensamientos cuando al cambiar el letrero, de la hora a la temperatura, me paré
en seco y me eché a reír… la gente que pasaba a mi lado, me miraba extrañada,
pues no entendían por qué me reía; no me estaba carcajeando, pero si esbocé
algo más que una sonrisa. La gente que me miraba era porque pertenecían al
primer o segundo grupo, aquellos que sólo miran, no observan… ¿te acuerdas?
El caso es que aquel cartel que
en principio funcionaba correctamente, mostraba una temperatura que era del
todo imposible, no podía haber esa temperatura por mucho que Madrid mostrara su
más crudo invierno… marcaba (- 173 grados Celsius). Es climatológicamente
imposible que en Madrid haga esa temperatura.
Me pareció bastante gracioso que
el cartel mostrara esos grados sin que nadie reparara en ello, y no pude evitar
hacer una foto.
¿Gracioso, verdad?
Cartel de Madrid Primavera 2017 Alfonso B. C. |
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