La puerta de entrada a la Iglesia,
estaba hecha de recia madera sin tratar que le confería un aspecto tosco y
pesado. Estaba entornada invitando, de una manera muy sutil, a entrar.
Empujé con ambas manos aquella
puerta, rompiendo el silencio de la zona con un tétrico pero hogareño crujido
de madera y bisagras…
VI Semilla de la Superación:
“Solo por hoy, haré una
buena acción y no se lo diré a nadie”
¡Espero que te ayude como a mí!
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