miércoles, 30 de agosto de 2017

¡Mata a la vaca!

Hace poco, cayó en mis manos una fábula que realmente hace pensar. Ha llegado a mí, en el momento en que lo necesitaba, ratificando que las cosas llegan cuando tienen que llegar y no cuando uno quiere. La fábula que voy a compartir contigo hoy, habla de atreverse a hacer aquello que siempre has querido, eliminando de tu Ser, todos los miedos, preocupaciones, pensamientos recurrentes...

Este escrito, llegó a mí en el momento en que mi vida, dio un giro de 180 grados.

Un padre quería dar una lección a su hijo; éste, tenía un gran potencial pero jamás se atrevía a hacer nada por miedo a perder lo poco que tenía.

Un día, ambos, salieron de viaje y pararon cerca de un apartado pueblo, se centraron en la casa más pobre y más alejada de aquel lugar. Era un chamizo modesto y pequeño que no tenía nada llamativo excepto una vaca. La casa era habitada por una numerosa familia, no poseían ningún bien material, pero sobrevivían al día a día, gracias a la leche que le deba aquel animal.

El padre, sin mediar palabra y al ver que ningún miembro de la familia estaba por los alrededores, sacó un arma y mató, ante los incrédulos ojos de su hijo, a la vaca.

Éste, estalló en cólera al ver que su padre había matado a la vaca, terminando con el único sustento que poseía aquella pobre familia.

El padre metió a su enfurecido hijo en el coche y se marcharon de viaje.

AL AÑO SIGUIENTE, volvieron a aquel lugar…

En lugar del modesto chamizo, ahora había una gran casa. El hijo pensó que los habitantes se vieron obligados a huir de allí; pero el padre le invitó a que llamara a la puerta.

De la casa salió el padre de la numerosa familia y mantuvieron una conversación, donde aquel feliz hombre le relató lo sucedido, contándole que al haber muerto su animal, se vieron obligados a limpiar el terreno de detrás de la casa, se hicieron con unas semillas para tener algo que comer, con el tiempo comenzaron a vender semillas y los vegetales que les sobraban, adquiriendo gran éxito y pudiendo prosperar, montando un negocio de verduras, que con el tiempo expandieron más allá de las fronteras del pueblo.

Yo, he estado viviendo con una vaca muchos años, y ahora, me he atrevido a matarla…

¿Te atreves tú?  

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu comentario. Las decisiones valientes son necesarias para llegar lejos.

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  2. Gracias por tu comentario, Miguel.
    Estoy de acuerdo contigo, hay que tratar de llegar lejos, aunque muchas veces, las decisiones que se toman, no son fáciles.

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